Muere Augusto Pinochet

Tal y como dijimos, empezamos colocando comentarios a las noticias de actualidad en la página. Y pocas noticias deberían hacernos pensar tanto como ésta. Ha muerto Augusto Pinochet, el dictador que aterrorizó Chile entre 1973 y 1990 protagonizando uno de los regímenes más sanguinarios de la historia reciente de América Latina.

El legado que deja tras de sí Pinochet es difícil de describir en pocas líneas. Antes de su llegada, Chile podía presumir de ser quizá la única democracia asentada de la región. El Gobierno de Salvador Allende, legítimamente salido de las urnas, era en aquel momento un foco de esperanza ante la difícil situación del continente, posición que se truncó definitivamente el 11 de Septiembre de 1973. A partir del sangriento golpe de estado se desencadenó en el país una ola de violencia y represión contra los demócratas de una crueldad insospechada que aún hoy sigue traumatizando a grandes sectores de la población chilena. Aunque es imposible cuantificar con exactitud, todos los investigadores coinciden en señalar que más de 3.000 personas desaparecieron o fueron directamente asesinadas por la dictadura, y un número mucho mayor sufrió torturas, malos tratos y vejaciones de una dureza extrema. Decenas de miles tuvieron que abandonar el país buscando el exilio ante la terrible situación

La muerte de un personaje como Pinochet debe ser siempre motivo, al menos, de cierta alegría. Sin embargo, las circunstancias en las que se produce me inspiran cierta decepción. Pinochet nunca rindió cuentas ante la Justicia por sus crímenes, y murió sin haber pisado una prisión. Lo que es aún peor, una gran parte de la opinión pública chilena le mantuvo su apoyo casi hasta el final. Sólo los casos de corrupción mermaron en parte su popularidad. Ante estas circunstancias es difícil mostrarse optimista. ¿Qué creéis? Los que queráis podéis opinar en la sección de comentarios.

Fernando

Juventudes Socialistas de Chamartín