16 marzo, 2007

Teatro: "Un enemigo del pueblo", de Henrik Ibsen

Sinopsis.

En una ciudad cuya principal atracción y fuente de riqueza es su balneario, el doctor Thomas Stockmann descubre que el agua está contaminada y avisa a la comunidad sobre los graves peligros que se ciernen sobre la salud de las personas. Tropieza con el rechazo frontal de influyentes poderes y personajes, entre ellos su propio hermano y alcalde, propietarios, y medios de comunicación. Todos parecen más preocupados por los inconvenientes económicos de la desinfección del agua y por la posible pérdida de clientes del balneario que por la salud de la gente.

Inicio de la obra, donde se proyecta en una pantalla de cine, a los personajes principales

Un enemigo del pueblo es una obra sobre el riesgo de que la democracia degenere en demagogia y sobre el precio que paga quien dice en voz alta aquello que la mayoría no quiere oír.
Una obra sobre el coste de airear la verdad cuando es odiosa: ser señalado como traidor por la sociedad en la que se quiere vivir. Solo ante el peligro, poniendo en riesgo incluso a su familia, el doctor Stockmann se enfrenta a políticos, a periodistas y a la mayoría de sus vecinos, los cuales olvidan sus diferencias para sostener contra el disidente una gran mentira y para marcarlo como el enemigo común.

Peter, el alcalde y hermano del doctor, cuando juzgan a su hermano como enemigo del pueblo

Esta obra, que actualmente se puede ir a ver al Teatro Valle-Inclán, situado en la Plaza de Lavapiés, s/n, y a la que fui a ver, presenta, gracias a la magnífica adaptación de Juan Mayorga, una historia actual que, inicialmente parece maravillosa, cuando el doctor Stockmann, gracias a sus investigaciones, salvará miles de vidas, pero que por los intereses de otros, y una extraordinaria tergiversación, acabará, ante nuestros ojos, ya que seremos los ojos del pueblo en un momento de la obra, como una mala persona, un verdadero enemigo, al pensar que intentará acabar con la fuente de riqueza del pueblo.

El doctor Thomas Stockmann, representado por el actor Francesc Orella

La historia, junto con unos perfectos actores y actrices, y una puesta en escena de sobresaliente que no escatima ni en los efectos especiales, me hace deciros que vayáis. Muy recomendada.

Adrián Heras

Juventudes Socialistas de Chamartín

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